La conferencia del clima de Egipto (COP27) entró en sus horas decisivas este sábado tras un acuerdo sobre uno de los puntos más importantes, un fondo de pérdidas y daños causados por el cambio climático.
Después de 24 horas de intensas negociaciones, “se ha alcanzado un acuerdo” sobre la creación de ese fondo específico dirigido a los países más vulnerables, indicó una fuente europea bajo anonimato.
“Siempre hay tiras y aflojas”, pero “hay esperanza de una resolución positiva”, añadió la ministra de Cambio Climático, Sherry Rehman.
La presidencia egipcia distribuyó a media jornada un nuevo borrador entre las casi 200 partes negociadoras, tras una noche de intensas discusiones, una vez vencido el plazo oficial de la conferencia el viernes.
El nuevo texto egipcio llegó después de un ultimátum europeo, que denunció lo que consideraba un “retroceso inaceptable”.
Según los europeos, la presidencia egipcia quería hacer retroceder el compromiso de los casi 200 países miembros de la COP de seguir reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que se conoce como el capítulo de mitigación en las negociaciones.
La UE prefiere “no tener un resultado que un mal resultado” anunció el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans.
“Una gran mayoría de las partes me indicaron que consideraban el texto equilibrado” y que “puede desembocar en un consenso”, replicó poco después el canciller egipcio, Sameh Shukri, que preside la COP27.
La mitigación es imprescindible para mantener en pie el objetivo de limitar el calentamiento del planeta en +1,5 ºC, fijado en el Acuerdo de París de 2015.
El nuevo borrador mezcla demandas de países desarrollados, principalmente Estados Unidos y la Unión Europea, y los reclamos de países en vías de desarrollo.
“Esperamos tener las dos cosas que harán de ésta una COP viable: el compromiso con 1,5 ºC, con decisiones claras, y el fondo”, explicó a la prensa en Sharm el Sheij la ministra colombiana de Ambiente, Susana Muhamad.
Pérdidas y daños
Los países del Sur más impactados por los desastres naturales llevaban reclamando ese fondo desde hace treinta años.
Y ese fue el tema dominante de la 27ª conferencia del clima de la ONU que se abrió el 6 de noviembre.
Las negociaciones se aceleraron después de que los europeos se abrieran a contemplar esa creación, a cambio básicamente de dos condiciones.
Primero, “ampliar la base de donantes”, es decir, integrar a aquellos países que se han convertido en grandes emisores, como China.
Y en segundo lugar, un compromiso fuerte y explícito en torno a la mitigación, para mantener ese objetivo de +1,5 ºC.
Esos vínculos entre un fondo de reparaciones, quién contribuye a ello y la mitigación de emisiones llegaron a paralizar las negociaciones, según diversas fuentes consultadas por la AFP.
“Parece que hay un acuerdo con los jefes negociadores de los grupos, pero esperamos el martillazo” que marcará el pacto final, declaró a AFP el jefe de la delegación jamaiquina, Matthew Samuda.
El representante chino, Xie Zhenhua, dijo que la participación de los países en desarrollo a ese fondo debe ser “voluntaria”.
Cuestiones entrelazadas
“Como se pueden ustedes imaginar, ninguno de los grupos podría decir que todos sus intereses están recogidos”, explicó Shukry.
“Hay insatisfacción en todas las partes, pero hay una vasta mayoría que apoya el texto”, insistió el canciller egipcio.
Shukry había recordado la víspera que todas las cuestiones estaban “entrelazadas”.
En la conferencias del clima de la ONU todas las decisiones deben ser consensuadas.
Estados Unidos no se ha expresado durante los debates, aunque estuvo activo en las salas de negociación, según las fuentes consultadas.
Los 100 mil millones anuales
Según el acuerdo de París de 2015, que sentó las bases del compromiso actual contra el cambio climático, la responsabilidad ante el cambio climático es común aunque diferenciada, es decir, que los países desarrollados deben contribuir mucho más en función de su historial de emisiones y uso de recursos naturales.
Entre los países en vías de desarrollo existe una considerable desconfianza por las promesas incumplidas.
En 2009, los países desarrollados prometieron que a partir de 2020 se desembolsarían 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático y a disminuir sus emisiones, y al mismo tiempo emprender la transición energética.
Y ese monto de 100.000 millones de dólares, que no ha sido completado, debe ser aumentado en principio a partir de 2025.