De acuerdo a la tradición, la ofrenda del Día de Muertos en el pueblo originario Hñähñú se colocaba al nivel de la tierra, en exteriores, debajo de un mezquite en la orilla de la milpa.
Ya con el paso del tiempo cambiaron la costumbre, comenzaron a hacerla en el interior, de las viviendas, ya que afuera la propia ofrenda era destruida por la fauna silvestre del lugar.
“Para montar la ofrenda se colocaba primero una base de mezquites y quiotes, así tal cual sobre la tierra, luego sobre un gran petate, nada de altares ni arcos, aquí en nuestro pueblo no se ofrendaba a ningún dios ni a los muertos, sólo a la Madre Tierra,” afirma Héctor Pedraza, indígena Hñähñú del Alto Mezquital en el Estado de Hidalgo.
Y explica: “las familias juntaban lo que habían cosechado, en primer término el maíz y luego leguminosas como frijol y haba, y dependiendo la región -en nuestro caso por ejemplo- tunas bondas, nopal y xoconostle originarios de zonas áridas. Por supuesto también se colocaban en la ofrenda maguey, calabaza, la vaina del mezquite, pan, tamales y guisados típicos, y mucho más, era un gran homenaje a la Madre Tierra”.
Héctor Pedraza es promotor de la multiculturalidad y comenta que actualmente el pueblo Hñähñú sigue ofrendando al nivel del piso, cercano a la tierra, en interiores y además de lo ya mencionado, se colocan fotografías de familiares y personas queridas ya fallecidas. “ahora ya también ofrendamos a los muertos”, afirma.
Tal es el caso de la ofrenda en Dongü una casona pulquera ubicada en San Andrés Orizabita, en Ixmiquilpan, Hidalgo en donde nació Héctor Pedraza, cuya construcción data de 1803 y fue edificada con materiales que aún prevalecen: tepetate, barro, piedra de río, cal mezclada con mucílago de cactáceas e incluso la población Hñähñú de mayor edad afirma que hasta se utilizó pulque y aguamiel.
Dongü es una casona vestigio viviente, rodeada de un espacio de cactáceas bosque de mezquites y órganos y en este Día de Muertos 2023 ofrendó a la Madre Tierra y por supuesto, también a a sus muertos.
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