Los bomberos italianos hallaron el viernes el cuerpo de la hija del magnate británico de la tecnología Mike Lynch, la última desaparecida en el naufragio de un yate de lujo cerca de la isla italiana de Sicilia, que dejó siete muertos. En total, tres hombres y tres mujeres desaparecieron cuando el yate «Bayesian» se hundió el lunes por la mañana en cuestión de minutos a unos 700 metros del puerto de Porticello, cerca de Palermo, tras el paso de un tornado.
Los guardacostas recuperaron cuatro cadáveres el miércoles y un quinto el jueves, el de Mike Lynch, de 59 años. El multimillonario, célebre empresario e inversor tecnológico, celebraba a bordo del lujoso barco con amigos, colaboradores y abogados su absolución en junio en un juicio por fraude en Estados Unidos que podría haberle costado muchos años de cárcel.
Mike Lynch y su hija Hannah murieron en el accidente del yate en Italia. (AFP)
Su hija Hannah, de 18 años y feminista acérrima, acababa de aprobar sus exámenes finales y había conseguido una plaza para estudiar literatura inglesa en la Universidad de Oxford, según medios de comunicación británicos. Entre las otras víctimas están Jonathan Bloomer, presidente de Morgan Stanley International —filial del banco estadunidense—, así como su esposa Judy, y Chris Morvillo, abogado que defendió a Mike Lynch en su juicio en Estados Unidos, y su esposa Neda.
Quince personas fueron rescatadas, entre ellas seis pasajeros. En total, siete personas perdieron la vida, ya que el lunes se encontró el cadáver de un miembro de la tripulación. Se cree que los 12 pasajeros y los 10 miembros de la tripulación a bordo del yate procedían de Canadá, Francia, Irlanda, Birmania, Nueva Zelanda, Sri Lanka, Reino Unido y Estados Unidos.
La velocidad a la que se hundió el barco, de 56 metros de eslora, y el hecho de que las demás embarcaciones a su alrededor no se vieran afectadas plantean dudas, en particular sobre si la quilla lastrada, que actúa como contrapeso del imponente mástil, estaba bajada o subida en el momento de la tormenta.
El patrón de The Italian Sea Group, propietario del astillero Perini Navi que construyó el «Bayesian», apuntó a un error humano.
«Todo lo ocurrido apunta a una larga serie de errores. Los pasajeros no debían estar en los camarotes, el barco no debía estar fondeado», declaró el jueves Giovanni Costantino en una entrevista al diario italiano Corriere della Sera.
Mike Lynch y su hija Hannah murieron en el accidente del yate en Italia. (AFP)
Los testigos iniciales del naufragio informaron de que el altísimo mástil de 75 metros del yate se había roto, pero nueva información indicó el miércoles que pudo no haber sido así. La velocidad a la que se hundió el barco y el hecho de que las demás embarcaciones a su alrededor no se vieran afectadas plantean dudas, en particular sobre si la quilla lastrada, que actúa como contrapeso del imponente mástil, estaba bajada o subida en el momento de la tormenta.
«Un barco de Perini resistió al huracán Katrina, un huracán de categoría 5» que devastó Estados Unidos en 2005, subrayó. «¿Le parece que no puede resistir un tornado de aquí?». «Es costumbre que cuando el barco está fondeado haya un guardia en cubierta, y si estaba allí, no podía no haber visto venir la tormenta», subrayó el armador.
«En cambio, (este yate) hizo agua mientras los invitados seguían en sus camarotes. Basta con un ángulo de 40 grados para que las personas en un camarote se encuentren con la puerta encima: ¿se imagina a un hombre de 60 o 70 años escalando para salir?», lanzó. «Cayeron en una trampa, estas pobre gente acabó como ratones», afirmó Costantino.