Miles de indígenas de las etnias tzotzil y tzeltal caminaron en el municipio de Chenalhó, Chiapas, para exigir justicia a tres meses del asesinato del padre Marcelo Pérez, además solicitaron al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que desarme a los grupos armados y a la delincuencia organizada, que los ha desplazado, y ejercido una violencia que no cesa en sus comunidades.
«Nosotros buscamos que haya seguridad de nuestros pueblos y no solo en esta región, sino en diferentes partes del estado de Chiapas», dijo a medios Enrique Díaz Sánchez, párroco de la iglesia de San Pedro, en Chenlahó, quien también dijo que su manifestación es en apoyo de la reconstrucción de la paz en el estado.
El párroco denunció que “existe, sobre todo, mucha gente desplazada, muchas personas que les fueron quemadas sus casas. Ahora lo que queremos también es que haya un retorno seguro y seguridad para nuestros pueblos».
La creciente crisis de violencia en Chiapas ha generado cientos de asesinatos, desapariciones, reclutamientos masivos, desplazamiento forzado en zonas rurales y comunidades de pueblos indígenas.
Los manifestantes también recordaron al Gobierno del estado de Chiapas y al de México «que aún no ha llegado la justicia para el Padre Marcelo Pérez Pérez.
Pérez, sacerdote indígena tzotzil, fue asesinado a tiros el pasado domingo 20 de octubre en San Cristóbal de las Casas, una ciudad turística.
La marcha de este domingo fue convocada por la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, y la parroquia de San Pedro en Chenalhó, quienes promueven y defienden los derechos humanos de los pueblos originarios, y contó con la participación de organizaciones la sociedad civil.
“¡Gobierno, decide tu postura: estás con el pueblo o estás con el crimen»”. “¡Alto a los proyectos de muerte¡”. “¡Alto al desplazamiento Forzado!”, “¡Alto al crimen Organizado!”, fueron parte de sus consignas.
ALTO A LA VIOLENCIA
También portaron mantas con los mensajes: “Paz para Chiapas”, “Justicia para el padre Marcelo”, “Alto a la violencia, fuera el crimen organizado”.
La marcha-peregrinación se desarrolló en paz y culminó con un mitin a las afueras de la iglesia de la localidad de Chenalhó, donde Elena Vázquez, indígena tzotzil, expresó la preocupación e indignación que siente los pueblos indígenas ante la omisa actuación del gobierno a pesar de que todo los casos criminales están documentados.
Vázquez denunció que además de luchar contra la discriminación, el clasismo y el racismo para obtener justicia, ahora tiene que lidiar “con el crimen organizado, los carteles, o como les llamen, ahora vienen a violar nuestros derechos, nos vienen a obligar para matar a nuestros compañeros o hermanos.
Los manifestantes señalaron que el pueblo de Chiapas «continúa sumergido en la violencia pues aún no se restablece el orden en los municipios azotados por el crimen organizado que ha generado una guerra civil en la zona a pesar de las acciones mediáticas del nuevo Gobierno».
Señalaron que megaproyectos emprendidos por la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) destruye sus recursos naturales y que la presidenta, Claudia Sheinbaum, ha prometido darles continuidad.
Chiapas sufre una escalada de violencia e inseguridad por la disputa entre grupos del narcotráfico de la región. Según organizaciones y activistas, en la frontera con Guatemala tiene protagonismo el Cartel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, así como del autonombrado Cartel de Chiapas y Guatemala, quienes se disputan el territorio para el tráfico de drogas, de personas y la extorsión.