Roma presentó este domingo la restauración de la escultura ecuestre de la revolucionaria brasileña Anita Garibaldi, esposa del futuro padre de la patria italiana y un «símbolo importante» para la historia de la Ciudad Eterna.
La estatua, levantada en 1932 sobre la colina del Gianicolo, conmemora a Anna Maria Ribeiro Da Silva, quien acabaría casándose con el militar italiano durante sus campañas en Sudamérica y que le acompañaría en la defensa de la llamada República Romana, instaurada en 1849 en los Estados Pontificios tras la huida del papa Pío IX.
Su estatua de bronce, de 4 metros de altura, inmortaliza a la heroína a caballo pistola en mano durante la Guerra de los Farrapos, una insurgencia revolucionaria de 1835 contra el gobierno imperial de Brasil inspirada ideológicamente, entre otros, por Garibaldi.
La restauración de la escultura se ha hecho necesaria, quince años después de la última, debido a la corrosión que presentaba, sobre todo en las patas del caballo, que la sostiene.