PULSO
Eduardo Meraz
Jugar a las adivinanzas y a las corazonadas se ha convertido, aparte del béisbol, entre los deportes favoritos del presidente totalmente Palacio Nacional, pues quiere ver si ahora si le atina a la espiroqueta de la chafaldrana y logra disminuir el reumatismo al elefante de la administración pública federal.
Los experimentos desde el laboratorio “Mi Alegría” utilizado por el cuatroteísmo han resultado fallidos al por mayor, no sólo han empobrecido el funcionamiento gubernamental; también se han convertido en fuente inagotable de corrupción.
Es a tal grado la ineptitud mostrada hasta el momento, que el manejo opaco y poco pulcro del dinero de los contribuyentes parece ser el objetivo central de los cambios y recambios en las funciones de las dependencias y organismos. A gobierno revuelto, ganancia cuatroteísta.
Todo empezó con la cancelación del aeropuerto de Texcoco y la construcción del de Santa Lucía, donde a pesar de los malabares para impedir el conocimiento preciso del costo de ambas decisiones, las diferencias superan los 100 mil millones de pesos. Además, hasta en tanto sea rentable, se le habrá de subsidiar con casi dos mil millones de pesos cada año.
Otra estafa volátil, ha sido la venta del avión presidencial que, al carecer de comprador hasta apenas hace unos días, significó millonario gasto en su conservación y mantenimiento. Eso sin contar que se desconoce el paradero de los 2 mil millones “entregados” por el Indep para la rifa no rifa de la aeronave y la no entrega de los premios del sorteo.
En este enjuague participaron los empresarios, al ser “persuadidos” de comprar la mitad de los boletos; dinero del cual tampoco se ha aclarado su destino final. Y ahora con su venta, con un descuento mayor a las ofertas del “buen fin”, ni siquiera alcanza para pagar a Banobras, que ni siquiera cuenta con la factura, por tenerlo en un esquema especial de arrendamiento.
En el sector salud, se pasó del seguro popular al Insabi y terminará en el IMSS-Bienestar; transición que sirve para obviar explicaciones sobre la proliferación de manejos poco claros en la compra de medicamentos e insumos, construcción de infraestructura y un larguísimo etcétera, con tal de tener un sistema mejor al de Dinamarca.
El papel empresarial asignado a las fuerzas armadas, pasando por encima de la Constitución, es otro de los experimentos “Mi Alegría”, donde la opacidad ahora envuelta en verde olivo se verá adicionada con recursos extras al quedarse con el 80 por ciento de los impuestos al turismo.
Pasar de Hacienda a la Secretaría de la Función Pública todas las compras gubernamentales confirma el desinterés de agilizar las adquisiciones y estar en posibilidades de regresar al siempre acariciado esquema de usos y costumbres del diezmo, del cual el morenismo tiene distinguidos tutores.
Sin poder asegurar que el desfalco de 15 mil millones de pesos en Segalmex vaya a ser la estafa maestra más alta del presente sexenio, al menos es la más notoria hasta el momento y ejemplifica a plenitud la fuerza inmoral del oficialismo, que está decidido a “aprevenirse” por si se les aparece el voto de castigo en 2024.
La forma en cómo ejerce el poder y la administración pública el presidente totalmente Palacio Nacional ha sido una completa revoltura, sin pies ni cabeza, que hasta parece intencional. Mientras estas acciones no se traduzcan en un Fobaproa guinda, podremos darnos por bien servidos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Los vientos del norte siguen causando malestares en la salud del cuatroteísmo. A la actitud menos complaciente de Estados Unidos, se ha sumado Canadá a raíz de los cambios a la Ley Minera, cuyos términos no le son satisfactorios.
@Edumermo