Por Ivette Estrada
Existen tres acciones que inciden en el grado de Felicidad que experimentamos en todas las facetas de nuestra vida: Fortalecer las redes sociales, generar pensamientos positivos y decidir.
Respecto a fortalecer las redes sociales se impone el intercambiar experiencias positivas. Esta es una condición de la propia felicidad y atracción que se genera en los demás: aumenta la emoción positiva asociada a esos eventos y se incrementa la posibilidad de recordarlos. Al mismo tiempo, la gente feliz atrae a más personas y sus relaciones son de mayor calidad.
Si se trasladan estos hallazgos al ámbito laboral, el engagement aumenta cuando los empleados tienen espacios para socializar entre ellos. Asimismo, el apoyo social es un buen amortiguador del estrés laboral.
Ahora, existe una interrelación entre la capacidad de comunicarnos y el grado de apoyo y fidelidad que se obtiene de los otros. Las interacciones generan oportunidades de apoyo y bienestar, pero también aumentan nuestra riqueza de ideas y posibles soluciones.
Por otra parte, generar y ensayar pensamientos positivos puede lograrse al contar las cosas positivas, cultivar el optimismo y saborear la vida.
Una forma de llevar a la práctica la primera de ellas consiste en escribir un “diario de gratitud” en el que una persona cuenta las pequeñas satisfacciones que experimenta cada día. Otra manera de hacerlo es destinar un momento específico, cada cierto tiempo, para agradecer todo lo bueno que nos ocurre y reflexionar sobre la forma en que ésto enriquece nuestra vida.
Vale recorder que los índices de felicidad son mayores en la gente optimista, que crea para si mismo y para los otros futuros halagüeños. Es una suerte de profecía autocumplida, pues en la medida en que las personas creen que sus expectativas se realizarán, ellos mismos se encargan, de forma consciente o inconsciente, de realizar los actos necesarios para lograr que su objetivo se torne real.
En cuanto a tener pensamientos o conductas dirigidos a generar, intensificar o prolongar el disfrute, los estudios demuestran que las experiencias y eventos positivos aumentan más cuando se saborean que cuando se analizan sus causas o efectos. Más que comprender las razones, conviene acentuar el disfrute. Y hay distintas formas de hacer esto: compartir en grupo las experiencias pasadas, valorar y disfrutar la belleza y la excelencia, reproducir mentalmente momentos felices o gozar los placeres sensoriales.
Y la tercera acción, la toma de decisions, implica satisfacer en lugar de maximizar, evitar rumiar y jamás realizar comparaciones sociales.
Los estudios de la Teoría Constructiva o Interpretativa de la Felicidad demuestra que las personas felices saben tomar decisiones adaptativas, esto es, son capaces de restar importancia a lo que no pueden alcanzar y ajustan sus deseos a las oportunidades existentes.
En cambio, quienes privilegian la preocupación a la acción, lo único que logran es apartar su mente de otras actividades más significativas.
Finalmente, las comparaciones sociales en muchas ocasiones son fuentes de sufrimiento, porque hacen que la persona se deprima al ver a alguien en una situación mejor o sienta temor al ver a otros en una situación peor y pensar que ese es su destino.