Por Ivette Estrada
Muchas veces olvidamos el poder de las palabras. Una conversación nos acerca, genera complicidades, nexos y acuerdos, pero también crea ideas, placer e incluso redime y sana.
No es extraño, entonces, que una joven de veintitantos años tenga cinco millones de seguidores en TikTok con una sola habilidad: escuchar. Plantea preguntas insólitas a un auditorio heterogéneo que queda subyugado ante cuestionamientos como «¿Quién fue tu primer amor y por qué te enamoraste?» o «¿Cuándo te sentiste más débil?»
Los videos con un promedio de 30 a 40 segundos son profundos y, al igual que el proyecto fotográfico Humans of New York, la serie de videos aludido se basa en la idea de que todos tienen una historia que contar, pero que pocas de esas narrativas van más allá de un pequeño círculo. También enseñan una que todos queremos compartir perspectivas y percepciones con los demás.
Sin embargo, somos renuentes a entablar una conversación o hacer un cumplido genuino a alguien, aún de nuestro círculo cercano. Paradójicamente, gran parte de nuestro cerebro, la parte grasa sobre nuestros ojos, lo que se llama neocórtex, está designado para la cognición social. Y es lo que nos hace únicos de otros primates. Sin embargo, nos ignoramos unos a otros sistemáticamente.
Ahora, sí logramos reconocer que la soledad y el aislamiento representan un riesgo para la salud ¿por qué callamos?¡Necesitamos interactuar entre nosotros! La conversación nos hace más felices y disfrutamos más al interactuar con otros.
¿Por qué somos renuentes a hablar con extraños? En general, la gente asume que los demás simplemente no están interesados en hablar, por lo que no inician una conversación, y piensan que disfrutarán más de su viaje si se mantienen callados. Lo más grave: callamos también con personas de nuestro círculo cercano.
Muchos de quienes integramos la generación X, por ejemplo, crecimos con la consigna familiar de “no hables con extraños”. Sin embargo, la vida nos enseñó algo simple y al mismo tiempo significativo: nunca sabes cuántas ideas, impresiones, momentos gratos y nuevos amigos potenciales existen. El universo es nuestro hogar.
En los estudios sociales realizados por diversas universidades, se encontró que las personas imaginan más opciones negativas que positivas al iniciar la conversación con un extraño. El consejo es no presuponer nada. No crear expectativas de ninguna índole. Limitarse al momento.
También el blindaje contra una mala experiencia es esencial: Cuando tratas bien a las personas, tienden a devolver el favor. Cuando dices hola, probablemente te responderán. Por lo general, actuamos de manera recíproca. Pero debido a que tendemos a evitar las interacciones con extraños, rara vez sentimos cuán poderosa y común es la reciprocidad en conversaciones, aún con extraños.
Un abordaje con buenos resultados es hacer un cumplido genuino. En general, somos más proclives a abrirnos con aquellos que nos regalan un comentario lindo.
El regalo de la conversación es maravilloso y un tanto exiguo.
Pero si queremos disfrutar más de nuestras experiencias cotidianas, debemos hablar con los demás. No estamos exentos de que alguien, en algún momento, rehúse devolvernos el saludo. Pero por todo el placer y sabiduría que obtenemos de muchas personas, alentemos la conversación. Hablemos con desconocidos…y con quienes están muy cerca.