Un estudio publicado en la revista especializada JACC: Advances, señala que los ruidos de la carretera, como los motores en marcha o las sirenas, pueden provocar hipertensión.
Para su estudio, los científicos analizaron datos de más de 240 mil personas durante un lapso de tiempo de unos 8 años, y se fijaron en quiénes desarrollaron la enfermedad según su residencia.
Los expertos descubrieron que no solo había relación entre la cercanía al tráfico, sino que también la “cantidad” de ruido que recibían tenía un efecto sobre su probabilidad de desarrollar hipertensión. Además, confirmaron que los altos niveles de polución del aire también aumentan el riesgo de sufrirla.
Según los investigadores, los resultados pueden servir para impulsar medidas de salud pública, ya que demuestran que el ruido del tráfico tiene un efecto negativo sobre la presión arterial.