- Doña Felicitas, ganadora del certamen en los años 1968 y 2018; hoy va por más .
- El certamen de La Flor más Bella Adulta mayor busca reconocer a la mujer xochimilca en plenitud.
El rostro de Felicitas Villamil Vargas se ilumina, mientras centra su mirada en el cielo al recordar los momentos en que escuchó que era La Flor más Bella del Ejido 1968 cuando apenas era una jovencita.
Originaria del barrio La Santísima dice sentirse orgullosa de su tierra y agradece que en aquellos años, la madre de una amiga creyó que era una niña con grandes posibilidades de ganar. “Un día llegó la señora y me dijo: vamos a ver a tus papás para decirles que ya estás inscrita en el concurso” recuerda.
Sus padres le compraron el atuendo que en aquel tiempo era diferente a como lo usan ahora; el chincuete era de colores y en las trenzas no llevaban ataderas, solo enormes y coloridos listones.
La prenda más preciada para Felicitas es una blusa bordada mandada a confeccionar por su madre y que 50 años después, usaría nuevamente cuando se inscribió al certamen La Flor más Bella Adulta mayor 2018.
Felicitas narra un poco de su historia: “el 5 de abril de 1968, la explanada del Centro Histórico de Xochimilco estaba llena de gente que venía a apoyar a las más de 200 concursantes, a mi solo me acompañaban mis padres. Sin embargo, la gente se volcó en aplausos y porras cuando logré pasar a la semifinal y a la gran final. Gritaban mi número de participante, porque antes no se usaba el nombre de una flor para reconocernos. Emocionada escuché que me daban el segundo lugar y me hice acreedora de una máquina de coser de pedal que aún conservo”.
Cinco décadas después, se le da la oportunidad de revivir lo que sintió en el certamen 1968, al participar en La Flor más Bella adulta mayor, obteniendo el primer lugar.
Cabe destacar que en este 2022, Felicitas nuevamente participará en el certamen, pues cuenta que cuando ganó en el 2018 no pudo disfrutar su reinado debido a la muerte de su padre. “ Mi objetivo de ahora es disfrutar de verdad, volver a sentir esa emoción de cuando tenía 15 años».