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México requiere ser un país seguro para atraer inversiones y generar empleo y desarrollo, expresó Ricardo Monreal

 

La generación y distribución de la riqueza es una tarea de corresponsabilidad entre la sociedad y el poder público, es una función solidaria de gran alcance que le permite al ciudadano pertenecer a una sociedad más justa y digna, externó Ricardo Monreal.

Y preciso: “No confundimos la solidaridad con la caridad. No es lo mismo el voluntarismo arbitrario que la justicia social. El empresario tiene derecho a ganar por su confianza, valor y audacia al invertir en México, pero el trabajador también tiene derecho a mejorar sus ingresos por los resultados tangibles y objetivos que han beneficiado a la empresa”.

En asamblea informativa en el estado de Tamaulipas, expuso que México requiere ser un país seguro para atraer la inversión y generar desarrollo y empleo. Consideró necesario proporcionar certidumbre a los inversionistas tanto nacionales como extranjeros, para lo cual se deberá revisar a profundidad el marco regulatorio en materia financiera y el fiscal.

Monreal Ávila dijo que es necesario impulsar un crecimiento económico que genere bienestar y para ello se debe promover tanto a la economía interna como la exportación, destacó.

Impulsar el progreso económico de las personas mediante el desarrollo sostenible de la entidad, en coordinación con la Federación y los Ayuntamientos, añadió, con el fin de sumar esfuerzos y recursos para crear un entorno que, con mejores condiciones, permita atraer inversión local, nacional e internacional que genere empleo y detone el crecimiento de la economía estatal.

El senador con licencia externó que es indispensable promover una economía competitiva con enfoque regional y una visión integradora para el impulso de proyectos integrales que den como resultado mayores inversiones públicas y privadas.

“Para mí, la Economía, o es social o no es economía. Por ello concibo al mercado como la construcción social donde, si bien se produce la mayor cantidad de riqueza económica, a su vez implica la dificultad para distribuirla con equidad”, sentenció.

Así, dijo, para conseguir niveles dignos de bienestar económico en todos los ciudadanos, el Estado está obligado a jugar un papel central en la economía y servir de contrapeso a las desigualdades del sistema económico: tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario.