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Nuevos hallazgos en el caso SRS podrían fortalecer el ASESINATO de SRS

 

¿Cuál era la consigna a sueldo del médico de SRS?

Al menos en el supuesto, los médicos salvan vidas, pero otros aceptan sobornos y cometen crímenes, aunque sea involuntarios… Matar a un moribundo sigue siendo crimen

Lamentable es la burda existencia de muchos médicos sin ética ni sentido humano, vendidos por unos cuántos pesos. Ulises González Hernández supuestamente fue llamado para atender a la señorita SRS, pero lo que hizo fue acelerar su muerte. Fueron sus mismas declaraciones las que le han costado caro al médico tehuacanero.

Y es que es muy probable que el sueldo pagado por dos perversas mujeres haya sido a cambio de acelerar la muerte de la empresaria avícola SRS. La presidenta de Morena, Olga Lucía Romero Garci-Crespo, al parecer no figuraba por entonces en el círculo cercano de la señorita SRS; o al menos no está comprobado, pero la otra sobrina perversa, María Elvira Celis Romero, bien pudo pagar al médico para acelerar la muerte de su tía SRS, pues ella fue quien llamó y pagó los servicios del médico, a través de la empresa de su marido, Adolfo Fernández Santiago. La Garci-Crespo apareció comprando la voluntad del médico para declarar que por la sobredosis, la señorita estaba falta de juicio para heredar sus bienes.

Cualquiera puede minimizar la tragedia de la señorita SRS. Matar a un moribundo no puede ser tan grave han opinado algunas personas faltas de escrúpulos al conocer la muy Ansu, nostálgica y triste historia de SRS. Matar a un moribundo siempre implicará un crimen.

Para una persona en estado terminal, cada minuto es la más grande de las victorias, por eso la familia de SRS ha declarado que la señorita SRS se negaba a morir; y fueron esas ganas de vivir las que la mantuvieron más de 10 años conviviendo con el terrible cáncer de Colon.

Robarle un poco de aire a un moribundo debería estar penado por la ley. El moribundo y no puede defenderse… Una injusticia total, un crimen sin castigo, pues las supuestas enfermeras y el médico siguen huyendo de sus deudas con la justicia.  Pero a cada quién le d Ansu justo merecido…