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Pensiones vs obras faraónicas

PULSO

Eduardo Meraz

Si realmente el actual sexenio fuese sido como lo presenta el presidente totalmente Palacio Nacional, llegando casi a la perfección, la pretendida nueva reforma a las pensiones no requeriría de más austeridad republicana; bastaría y sobraría con el dinero de los sobrecostos de las obras faraónicas.

Tampoco se requeriría ahogar presupuestalmente o desaparecer a los órganos autónomos, para mejorar los ingresos de los trabajadores al retirarse. Con cancelar los miles de millones de pesos en subsidios destinados a “dar viabilidad financiera” al tren, la refinería, el aeropuerto y la aerolínea se lograría.

Los presupuestos iniciales en la construcción del Felipe Ángeles, Dos Bocas y Maya, fueron rebasados de manera vulgar y ofensiva, prácticamente el triple estimado, es decir, han resultado un billón de pesos más cara su edificación y funcionamiento.

Dinero suficiente, que garantizaría la viabilidad de las pensiones durante el presente siglo, sin necesidad de sacrificios adicionales para la población, que ahora padece y paga por la ineficiencia gubernamental.

Aún se desconoce cuando esta triada de obras será, ya no digamos rentable, sino mínimamente autosuficiente, por lo cual año con año se tendrán que destinar buena parte de las contribuciones de los mexicanos para su operación. Recursos que superan con mucho el presupuesto global de todos los organismos autónomos.

Y ni qué decir de su rotundo fracaso con el Instituto Nacional de Salud del Bienestar -el inefable Insabi-, que representó una pérdida superior a los 100 mil millones de pesos y de la cual el gobierno más honesto y transparente de la historia no ha rendido cuentas.

Tampoco se ha aclarado a dónde y cómo se canalizaron los dineros del pueblo bueno y sabio en la compra de vacunas, en la adquisición de pipas para supuestamente combatir el huachicoleo, o en Segalmex, por sólo mencionar los casos más sonados de corrupción, aunque no son los únicos.

Pero eso sí, como de eso no quiere se hable, porque toca sus fibras más sensibles, el mandatario palaciego, pretende desviar la atención hacia aquellas áreas a las cuales no ha podido domeñar.

En su teatro en atril mañanero, insistió este miércoles en señalar la existencia de “muchas estructuras improductivas, pues todas las que crearon para proteger la corrupción, los organismos autónomos que se crearon en contra de la gente, del pueblo, para proteger a particulares nacionales y extranjeros, esa es su función. Entonces ahí hay muchos ahorros”.

Y ejemplificó con el caso del Instituto de la Transparencia (Inai), que hasta 2023 contaba con un presupuesto de mil millones, por lo cual sugiere destinar esos recursos al fondo de pensiones. Caso similar es el pretendido con los fideicomisos del Poder Judicial, a fin de destinarlos a los damnificados del huracán Otis, en Guerrero.

Por eso no se habla ni condenan los sobrecostos y subsidios en los caprichos constructores, hasta ahora totalmente improductivos y fuente de corrupción, pues han servido para engordar los bolsillos de gente cercana a los afectos presidenciales.

He dicho.

 

EFECTO DOMINÓ

En la oposición se está trabajando por contar con un grupo de senadores fuerte, con miras a frenar ocurrencias y el desmantelamiento del Estado de derecho. En ese esfuerzo, se ha visto con buenos ojos las aspiraciones de reelección de Claudia Anaya, pues se sabe de la gran aceptación que tiene entre las familias zacatecanas, por su compromiso y espíritu de servicio que le caracterizan.

 

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