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Preocupa al CNET limitaciones en operaciones del AICM: “sería un duro golpe al turismo”

En medio de la continua discusión sobre un aumento en las restricciones en las operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), externó inquietudes sobre los posibles efectos adversos en la conectividad y la disponibilidad de vuelos.

El CNET, que representa al 98% de las empresas en el sector turístico, externó su respaldo a la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) en su llamado a las autoridades para abordar la actual situación.

Arsuaga subrayó la importancia de no comprometer la conectividad y disponibilidad de vuelos, lo que podría significar un “duro golpe” en la industria turística, un sector fundamental para la economía nacional.

En línea con la postura de Canaero, el presidente del CNET enfatizó que el problema subyacente no radica en la cantidad de operaciones por hora en el AICM, sino en la antigüedad y el deterioro de la infraestructura aeroportuaria. Estos factores, según Arsuaga, obstaculizan una operación eficiente y satisfactoria para los usuarios.

El CNET también apoya el llamado de Canaero para que expertos en aerotransporte sean incluidos en las mesas de trabajo con las autoridades pertinentes. Esta colaboración entre profesionales del sector y las autoridades podría ayudar a desarrollar estrategias efectivas para abordar tanto las necesidades actuales como futuras de la demanda aérea.

Recordó que el AICM evalúa una segunda reducción de operaciones, bajo el
argumento de saturación y seguridad, pero a finales del 2022 el aeropuerto y las aerolíneas acordaron una reducción en el tope de operaciones por hora de 61 a 52 vuelos.

Esta reducción previa ya tuvo un impacto considerable en las aerolíneas nacionales e internacionales que operan en el aeropuerto.

Arsuaga expresó su preocupación por las restricciones en horarios de aterrizaje que podrían resultar en desvíos de vuelos debido a circunstancias imprevistas como el clima adverso y otros factores externos.

“Desviar los vuelos implica una afectación a la conectividad que nos costaría muy caro en términos de prestigio, llegada de turistas e ingresos por turismo”, concluyó.