Después de recibir su constancia como presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum utilizó su primer discurso ante sus seguidores para reafirmar los 100 compromisos que guiarán su administración. Sin embargo, fue más allá, destacando iniciativas que serán clave en su mandato, marcando un rumbo claro desde el primer día.
Uno de los anuncios más impactantes fue la eliminación del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), un sistema que ha sido ampliamente criticado por los docentes del país. Sheinbaum subrayó que su desaparición es inminente, prometiendo un nuevo enfoque en la evaluación y el desarrollo de los maestros.
Sheinbaum también puso sobre la mesa la necesidad de revisar y reformar las concesiones de agua potable en todo el país, una medida que busca asegurar que este recurso esencial sea administrado de manera equitativa y eficiente, atendiendo las necesidades de todas las comunidades.
En el ámbito judicial, la presidenta electa dejó claro que no habrá retroceso en su plan de implementar una reforma que permita la elección de jueces y magistrados por voto directo de los ciudadanos. Aunque admitió que la reforma podría ser gradual, enfatizó que el objetivo es innegociable y que busca fortalecer la justicia en México.
Otro aspecto crucial de su discurso fue la promesa de respetar los derechos laborales y garantizar la autonomía de los trabajadores, asegurando que su administración se enfocará en proteger a los empleados del país.
En un gesto que refleja su compromiso con la inclusión y la equidad de género, Sheinbaum pidió que se le llame «presidenta con A», destacando la importancia de visibilizar el liderazgo femenino en un país que ha tenido 65 presidentes antes de que una mujer asumiera el cargo. Esta solicitud no solo es un símbolo de su presidencia, sino también un llamado a reconocer y valorar el papel de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.
Además, Sheinbaum no dejó pasar la oportunidad para sugerir, como militante de Morena, la realización de un Congreso Nacional en septiembre para elegir una dirigencia sólida y reforzar la separación entre la función pública y la militancia política, asegurando que los intereses partidistas no interfieran en la administración del gobierno.
Finalmente, Sheinbaum reiteró su alineación con los principios que han guiado al presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, retomando la consigna de «no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México» como un compromiso fundamental de su administración.
Con estos anuncios, Claudia Sheinbaum no solo reafirma su compromiso con la Cuarta Transformación, sino que también marca un camino claro hacia un gobierno enfocado en la justicia social, la equidad y la transparencia, dejando claro que su presidencia estará marcada por un cambio profundo y estructural en México.