PULSO
Eduardo Meraz
Perdidas sin remedio las batallas de la salud y la seguridad, sin certeza en la operación eficiente de sus obras insignia, el presidente totalmente Palacio Nacional hace esfuerzos desesperados por recomponer su propia sucesión, ante la posibilidad de una derrota, la más dolorosa de su mandato.
El tono mate predominante a lo largo de su gestión contagia las campañas no campañas de sus corcholatas, a pesar de los multimillonarios recursos gastados en dotarlas de un poco de la brillantez que él alcanzó siendo opositor.
El «cuarteto palaciego» se muestra plano hasta el hastío, forzados a seguir las reglas impuestas por el verdadero jefe de campaña, el mandatario sin nombre y sin palabra, y a cuidar la unidad guinda, al menos de dientes para afuera, pues en realidad llevan a cabo luchas encarnizadas.
Ese freno de mano para con los suyos y los exabruptos presidenciales han sido terreno fértil para el inesperado surgimiento de Xóchitl Gálvez como contendiente a la primera magistratura y una especie de renacimiento de la alianza opositora.
La personalidad atrayente para el electorado de la senadora Gálvez Ruiz, se ha vuelto un dolor de cabeza y de muelas para el habitante temporal del palacete virreinal, que un día sí y al siguiente también busca demeritar.
Los diversos intentos por poner en duda las cualidades de Xochitl, sin encontrar los elementos de juicio suficientemente sólidos y la agilidad mental de ésta para evadir los dardos envenenados, son motivo de desazón en el ejecutivo.
Cualquier señalamiento, mofa o agresión encuentra rápida y mordaz respuesta de la legisladora hidalguense, lo que le lleva a exclamar: :»tú me estás volviendo loco, corazón… pues ya no tengo calma ni contigo ni sin ti».
Ese comportamiento errático, ha llevado al presidente innombrable, incluso, a solicitar la ayuda de adversarios como la agrupación Mexicanos contra la Corrupción y el Instituto de Transparencia, a fin de indagar sobre la legalidad de los contratos obtenidos por la empresa de Xóchitl Gálvez.
El clásico el gusto presidencial por «pedir frías» por todos lados, interna y externamente, ha generado trastornos en el «war room» morenista, pues con ello contradice posturas previas.
Casi de inmediato la aspirante presidencial opositora ripostó, señalando que su empresa cumple en todos los campos y la normatividad, por lo cual el cuatroteísmo ha contratado los servicios de la compañía de Xóchitl.
Total, el presidente palaciego no encuentra cómo impedir que sus corcholatas no caigan en desánimo en el tiempo restante de su larguísima campaña no campaña.
La derrota de los planes electorales A y B y las enormes dificultades para alcanzar el C, pueden orillar al presidente a hacer un remix de la canción interpretada por José José;
Tú me estás haciendo malo
¡Porqué, sí!
Tú me estás rompiendo el alma…
Tú me estás volviendo loco
¡Corazón!
Tú me estás robando ganas
¡De vivir!
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
A principios de año, el presidente ofreció 700 millones de pesos por Mexicana; luego dijo que costaría 816 millones de pesos. Terminará pagando 1,000 millones.
@Edumermo