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PORTAFOLIOS/ Inversiones de TI en los bancos

Por Alan Ramírez Flores, CEO de Coperva

La tecnología de la información (TI) se convierte en el eje de los mercados mundiales de crédito.
Después de invertir en TI de vanguardia durante décadas, muchos bancos comerciales ahora se parecen más a las empresas de tecnología que a las instituciones financieras.

En 2012, los desembolsos de TI representaron un promedio de 4,7 y el 9,4% de los ingresos operativos de los bancos en todo el mundo, pero en 2021, esa cifra se situó en el 17% para los bancos más grandes, a la par con los gigantes tecnológicos como Apple.

Los patrones de gasto de TI se centran en dos actividades bancarias fundamentales: la recopilación y distribución de datos, por un lado, y el procesamiento por otra parte. Para los primeros, la tecnología de comunicación, como el hardware de red, permite interacciones fluidas con los prestatarios. Para estos últimos, software como Microsoft Office y herramientas más especializadas, facilitan las transferencias de fondos, el procesamiento de préstamos y la gestión de riesgos.

Ahora, el crecimiento en el gasto en TI varió entre los bancos de diferentes tamaños. Aquellos que poseen de 10 a 250 mil millones en activos, sus inversiones en TI aumentan constantemente desde 2010.

Asimismo, existe una fuerte correlación entre el gasto en TI y las incorporaciones de clientes a los bancos. Porque si los bancos se especializan en diferentes tipos de concesión de préstamos, por ejemplo, diferirán sus perfiles de inversión en TI.

Los bancos especializados en préstamos comerciales e industriales, especialmente préstamos para pequeñas empresas, desembolsaron más por hardware de comunicación que por software. Si un banco gasta mucho en tecnología de comunicación, eso podría ser un buen indicador de su compromiso para servir a las pequeñas empresas.

Por otro lado, una mayor suscripción de préstamos personales e hipotecas se correlacionó con mayores inversiones en software.

Ahora, los bancos más pequeños asignaron una mayor parte de su presupuesto de TI a la tecnología de la comunicación, mientras que el gasto en software no fue significativamente diferente entre los tamaños de los bancos.

Asimismo, los bancos ubicados en condados que contenían más pequeñas empresas elegibles para el crédito fiscal gastaron 26% más en TI relacionada con la comunicación respecto a los bancos en condados con menor número de pequeñas empresas. El gasto relacionado con el software, en comparación, apenas se modificó.

Los datos también muestran que después de la crisis de la vivienda de 2008 en Estados Unidos, los bancos gastaron más en software que en TI de comunicación, para poder realizar más cálculos de crédito a medida que las tasas de interés se desplomaban y los propietarios se apresuraban a refinanciar las hipotecas.

Algo más: existe una conexión entre la inversión en tecnología y las nóminas bancarias. Cuando la mano de obra calificada es relativamente escasa, el costo para atraer talento de TI aumenta e induce a los bancos a gastar más en software que en hardware de comunicación.

En sí, explorar las conexiones y los mecanismos subyacentes entre estos gastos y el funcionamiento central del sistema bancario es un tema que podrá reportar muchas pautas de comportamiento del sistema fiscal en general.