Por Alan Ramírez Flores, CEO de Coperva
Cambios continuos, volatilidad y alta incertidumbre imperan en las organizaciones actuales. La gestión del riesgo se alinea a la agilidad de la gestión. Vivimos una nueva realidad. La resiliencia debe ser parte de la estrategia cotidiana y del quehacer diario de las organizaciones en todos los sectores económicos.
El mundo es diferente de lo que era hace dos años y también lo es el entorno de riesgo en el que operan las organizaciones. El cambio es rápido y disruptivo. La pandemia causó perturbaciones en el mercado laboral y la cadena de suministro. El actual entorno geopolítico volátil ahora exacerba aún más las limitaciones de suministro, aumenta los riesgos cibernéticos, introduce sanciones en rápida evolución y coloca la seguridad y la humanidad a la vanguardia de todas las decisiones.
Los ataques de ransomware son más frecuentes y más sofisticados. Los delitos cibernéticos son ahora la principal amenaza para los negocios entre los CEOs.
De manera paralela, el entorno laboral cambiante provocado por la pandemia cambia nuestra percepción de talento y los mercados laborales. La escasez de suministro, las sanciones y el aumento de los costos de las materias primas también aumentan los riesgos dentro de las cadenas de suministro.
A medida que las organizaciones se ocupan de los riesgos de la cadena de suministro, los subcontratistas y otras partes interesadas complican aún más los riesgos. Cada uno de ellos puede causar impactos significativos, y al estar interconectados cualquier riesgo puede iniciar implicaciones de gran alcance en toda la empresa y poner en juego la marca y la reputación.
Ahora, en este entorno empresarial turbulento, muchos ejecutivos encuentran la necesidad de revisar y adaptar sus estrategias y modelos operativos a un ritmo rápido. Saben que capturar oportunidades y evitar interrupciones requiere velocidad. Al gestionar las interrupciones, las organizaciones se enfrentan simultáneamente a los desafíos internos de la transformación digital y a cómo atraer a las partes interesadas internas a medida que automatizan los procesos comerciales e impulsan lo digital en todo lo que hacen.
La gestión de riesgos de las organizaciones y las capacidades de resiliencia más amplias deben adaptarse rápidamente para respaldar la agilidad del negocio y contribuir con información de riesgo proactiva, sólida y oportuna para la toma de decisiones.
En un entorno donde el cambio es constante, las fuertes capacidades de riesgo y resiliencia pueden proporcionar una ventaja. Los líderes empresariales pueden tomar decisiones seguras en la búsqueda de su estrategia que se basan en una visión panorámica del riesgo.
Así, las capacidades de gestión de riesgos proporcionan el mayor valor a los miembros de la Junta y a los líderes empresariales cuando están integrados en los procesos de planificación estratégica y toma de decisiones de la organización. El entorno en el que operan las organizaciones está lejos de ser estático. Cambia constantemente. Como tal, las decisiones estratégicas se revisan con frecuencia.
Por ello, la forma en que se gestionan los riesgos debe adaptarse para que los conocimientos y análisis de riesgos en tiempo real puedan respaldar la toma de decisiones informada sobre el riesgo por parte de las partes interesadas en toda la organización.
Esto significa que las capacidades de gestión de riesgos deben ser ágiles y operar de manera iterativa para reflejar el perfil de riesgo cambiante de la organización.